La acelga es una verdura oriunda de Europa Meridional, específicamente de Sicilia, una planta de grandes hojas verde oscuro o claras en dependencia de la variedad.
Países como Italia y otros del mediterráneo veneran mucho a la acelga en la cocina, asimismo, los estados de Cataluña y Valencia en España también la cultivan.
El origen del término acelga es árabe, en cuyo idioma se escribe acilca y desde la botánica se conoce con el nombre de Beta vulgaris var. cicla.
Pertenece a la familia botánica Quenopodiáceas al igual que la remolacha, las espinacas y la quinoa y a la especie botánica Beta vulgaris al igual que la betarraga y el betabel.
Por el contrario de la remolacha, las raíces de la acelga no son ni bulbosas ni comestibles y en comparación con el sabor de las espinacas es más suave.
Se conoce con otros nombres comunes como acelga bravía, común, colorada, marina, castellana, negra, de campo, silvestre y acelga loca.
Tiene una explosión de sabores entre dulce, amargo y ácido. Además sus raíces son fibrosas y profundas.
Las hojas de esta vegetal son comestibles y están unidas al tallo grueso que se extiende a lo largo del limbo. Tienen forma ovoide que casi es acorazonada.
Sus flores son hermafroditas, pudiendo identificar grupos de 2 y 3 o estar solitarias. Para que surjan necesitan aclimatarse a temperaturas bajas durante un período.
Los brotes superan el metro de altura. El cáliz es verde y lo componen 5 pétalos y 5 sépalos.
El fruto es tan pequeño que erróneamente se cree que es una semilla, pero lo cierto es que él es el contiene 3 o 4 semillas en su interior.
Si se consumen 200 gramos de acelga el organismo adquiere 38 calorías las cuales equivalen al 2% que necesitamos diariamente.
También se suple parte de la demanda diaria de proteína (7- 8%), de minerales como el potasio (27%), calcio (30%) y la mitad de hierro y magnesio, así como de vitamina E (25%), C (100%) y A (2/3).
Ya en el libro sagrado que es la biblia (Génesis 1:29) se hacía referencia indirecta a la acelga como alimento para los humanos.
Variedades de acelga
Existen tantas variedades de acelga, así como diferentes colores de sus tallos, los hay blancos, púrpura, amarillos, rosados, rojos y anaranjados.
Color y sabor van de la mano, por ejemplo, si son hojas son púrpuras es más intenso y si son verde claras es más tenue.
Otras características distintivas son la resistencia a la subida a flor, el grosos de las pencas, la precocidad y la recuperación rápida cuando se cortan las hojas.
La acelga se clasifica según el criterio de la temporada del año en la que se producen, por ende, algunas se clasifican como acelgas de otoño- invierno y otras como acelga de primavera- verano.
Algunas de las variedades de producción primaveral- estival son Verde de cortar, Verde de penca blanca estrecha, Amarilla de cortar, White Silver, Hawai, Verde de penca blanca raza Ampuis y Verde de penca blanca raza Paris.
En el de variedades de producción otoño- invierno se muestran los siguientes ejemplares, Verde de penca blanca ancha y Amarilla de Lyon Dorat.
Acelga Amarilla de Lyon
Es de producción primaveral estival. Las hojas tienen forma ovoide, son grandes y de color difuso entre verde y amarillo. Su penca es blanca y alcanza los 10 cm de ancho y es muy productiva. Resiste a la subida a flor. Se destaca por su buen sabor.
Verde con penca blanca Bressane
Las hojas tienen muchas ondulaciones y son de color verde oscuro. Las pencas son muy blancas y anchas con un grosor hasta de 15 centímetros. Es una de las variedades más apreciadas por su vigorosidad.
Verde de penca blanca raza Niza
Pertenece a la producción otoño- invierno. El limbo se manifiesta con un verde amarillo muy claro y ondulaciones prominentes. Las hojas tienen un tamaño vistoso y. Su nombre ya indica el color de las pencas, las cuales tienen un ancho hasta de 10 cm.
Paros
De producción otoño- invierno. Sus hojas son grandes, onduladas y de color verde oscuro. El tallo es blanco y ancho.
Fordhook Giant o Gigante Fordhook
Es de producción otoño invierno y con características similares a la variedad Niza.
En la literatura se reportan otros tipos de acelga, entre ellos se encuentra la Verde penca blanca, R, Green, Lucullus (Ginebra o Rey de invierno), Arco iris y Borgoña o Ruby (variedad de acelga roja).
Acelga silvestre
Su nombre científico es Beta marítima y comúnmente también se le confieren otros nombres como espinaca silvestre, acelga bravía, acelga de monte y acelga marina.
Su apelativo tiene correspondencia con su hábitat, el cual es zonas costeras arenosas, aunque muy pocas veces la podemos encontrar en cubetas endorreicas del interior.
Se recolectan cuando está finalizando el invierno y la primavera está abriendo sus puertas. Esta variedad es perenne y la medida del tallo oscila entre 20 y 80 cm.
Las hojas son tiernas, verdes, con forma difusa entre ovalada y rómbica o puntiaguda.
Además, se ubican alternamente, son enteras y los peciolos de las inferiores son visibles al contrario de las superiores.
Las flores son hermafroditas, cuyas inflorescencias están ubicadas en la parte superior del tallo en gupitos de 1 a 8, se componen de una bráctea lineal, 5 estambres, ovario semiinfero con 2 0 3 estigmas y el perianto pentámero de 3 mm de diámetro.
Algunas de las formas de prepararla son hervida y rehogadas y se distribuyen mundialmente, especialmente en Europa.
Acelga roja
En la fase inicial de su desarrollo se muestra de una pigmentación roja total pero paulatinamente dicho color sólo se muestra en el tallo, mientras que las hojas se transforman en verde.
Su sabor contrasta salado, terroso y picante en correspondencia con las zonas templadas y costeras donde se localiza su cultivo.
La parte comestible de esta variedad son las hojas y las pencas, si son hojas baby se preparan como ensalada, por el contrario, si son viejas es mejor hervirlas, freírlas o saltearlas.
No sólo es empleada en el arte culinario sino también para la ornamentación por la combinación perfecta de sus colores.
En comparación con la acelga blanca, combate más los ataques de las enfermedades fúngicas, las inclemencias de las bajas temperaturas y tiene un sabor más potente.
Si se siembra los resultados se verán a los 65 días, pues estarán perfectas para llevarlas a la cocina.
Por último, es muy importante no confundirla con la remolacha o el ruibarbo, pues cada uno tiene formas de preparación, beneficios y contraindicaciones diferentes.
Acelga forrajera
Es una variedad de acelga bianual, cuyo cultivo sólo se mantiene hasta 3 años (entiéndase en el mismo terreno).
Es muy útil para sanar suelos muy salinos y de esta forma favorecer posteriores siembras de otras especies forrajeras.
Se adapta además a suelos permeables de preferencia arcillosos y con pH entre 5.5 y 8, siendo el ideal de 7.2.
Para lograr el éxito del desarrollo vegetativo la temperatura debe oscilar entre 15º C y 25º C, aunque este rango se puede ampliar de 6º a 33º C.
Para la germinación es mejor la temperatura de 18 a 22º C, pero igual que el anterior sus extremos térmicos son de 5º a 35º C. Entre sus propiedades de avanzada están el calcio y el hierro.
Para su cuidado se sugiere el pastoreo con animales livianos (por ejemplo, terneros de destete) posterior al año de haberse sembrado, este último ocurre entre agosto y septiembre.
Se recomienda dejarla florecer en primavera para aprovechar sus beneficios en todo el año.
Propiedades de la acelga
La mayor composición de la acelga es agua, por cada 100 g ingeridos se suministra 92 ml al organismo. Le siguen los hidratos de carbono con 4,5 gramos por la misma cantidad consumida.
Posee minerales como potasio (380 mg c/ 100 g), magnesio, sodio, yodo, hierro, calcio, fósforo, zinc, cobre y manganeso.
La acelga es muy rica en vitaminas, entre las que se destacan, la vitamina B1, B2, B3, B5, B6, B9 (ácido fólico), vitamina A, vitamina K, vitamina E (tocoferol), vitamina C, riboflavina y folato.
También provee al organismo de 1,88 g de proteína por cada porción de 100 gramos. Además tiene fibra (0,8 g c/ 100 g), polifenólicos, enzimas, kaempferol y ácido siríngico.
Se le confieren fitonutrientes como el betacaroteno, flavonoides como la luteína, zeaxantina y quercetina y compuestos orgánicos como la biotina y el ácido oxálico.
¿Cuáles son los beneficios de la Acelga?
Las hojas proporcionan antioxidantes como la vitamina A, E y C que impiden la progresión rápida del envejecimiento de las células y en consecuencia favorecen el tratamiento del cáncer.
De la misma forma, otros antioxidantes como el betacaroteno y la zeaxantina cuidan de nuestros ojos, previendo un diagnóstico de glaucoma, de ceguera nocturna, etc.
Igualmente favorecen el funcionamiento efectivo del sistema inmunitario y nutren la epidermis.
El betacaroteno también provee a la acelga de esa coloración y sabor, que en conjunto con el hierro fortalecen al organismo de la mujer para preparar su maternidad y la lactancia.
Debido al yodo el feto y su cerebro se desarrollan bien y por el zinc los recién nacidos tienen un peso de acuerdo al que le corresponde en la tabla de percentiles del peso corporal.
Otros de los beneficios de la acelga por contener zinc, es estimular el rendimiento escolar y combatir estados de ánimo que generan malestar como la depresión y la ansiedad.
La acelga también interviene, por contener yodo, en el funcionamiento de la glándula tiroidea y el proceso metabólico.
Si eres de las personas que no les gusta consumir productos lácteos o no lo hacen con frecuencia, te recomiendo incluir en tu dieta a la acelga para que le dé fuerza a tus huesos.
Gracias a los minerales calcio, zinc y magnesio la acelga combate enfermedades de los huesos como la artritis y la osteoporosis.
Contener potasio y vitamina K estimula el funcionamiento neuronal, pues ambos compuestos se encuentran en cantidades considerables en el cerebro. Por consiguiente se aconseja que personas con Alzheimer la coman.
La vitamina K de la acelga también permite que al consumirla intervenga en la coagulación de la sangre y de esta manera disminuye la posibilidad de que aparezcan hemorragias y hematomas.
¿Que otros beneficios medicinales aporta la acelga?
La combinación de los minerales cobre e hierro favorecen una mejor circulación sanguínea, pues ambos son los compuestos que se encuentran en mayor cantidad en las células rojas.
De esta manera también permiten que llegue mayor oxigenación a los órganos para que sus funciones se vigoricen.
Su consumo se recomienda para bajar de peso por su poco aporte calórico, imagínate que 100 g que comas sólo ofrece un 20% de Kcal.
Al regular los niveles de azúcar, se emplea para prevenir la diabetes y si ya se tiene esta enfermedad crónica es muy importante incluirla en la planificación nutricional.
Es idónea para lograr una adecuada digestión, la misma evita el estreñimiento y suaviza el tracto intestinal. Por consiguiente se aconseja a personas que padezcan de gastritis y/o hemorroides.
La acelga también es beneficiosa para regular el colesterol porque se compone de fibra soluble.
La biotina es uno de los compuestos orgánicos que integra la acelga y constituye un neutralizador de enzimas pro-inflamatorias del organismo humano.
El aparato urinario es uno de los que se favorecen de esta propiedad, por ejemplo, combate la retención de líquido y la escasa producción de orina (oliguria).
Además, en combinación con antioxidantes, potasio y fitonutrientes, le hace frente a la hipertensión arterial y a las enfermedades cardiovasculares, por ejemplo, a los accidentes cerebro- vascular y arteriosclerosis.
El complejo biotina, vitamina A y vitamina C proporciona un cabello más sano.
Gracias a las proporciones muy bien combinadas de hierro y vitamina C en la acelga, ingerirla es bueno para combatir la dermatosis y la anemia ferropénica.
Históricamente el jugo extraído de las hojas de la acelga se usó por los griegos y romanos por sus funciones descongestionantes, antiácidas y laxantes.
En la actualidad todavía nos valemos de esta medicina natural para tratar los trastornos respiratorios como la faringitis y bronquitis.
Por otra parte, el consumo excesivo de acelga puede causar cálculos renales y biliares porque ella contiene, al igual que las espinacas, ácido oxálico.
¿Cómo se consumen las Acelgas?
Desde hace más de 6 milenios la acelga es disfrutada por la humanidad, se preparaba en guisos o como acompañante de tubérculos y cereales. Así consta en los testimonios trascendentales de Aristóteles.
Se pueden elaborar hervidas, aliñadas con aceite de oliva y limón, rehogadas o mezclarla con espinacas para equilibrar el sabor mediante tortillas, cremas y rellenos.
También se puede saltear con pasas, nueces, tofu sedoso o piñones, añadirla a un buen arroz, a un caldo de verduras o incluso cortarla finamente para que acompañe unas patatas.
De igual importancia es su conservación, la cual es como máximo de 5 días siempre y cuando esté sin lavar, metida en una bolsa de plástico con huequitos y refrigerada.
Pero indiscutiblemente es mejor comprar la cantidad exacta que se va a hacer para la comida porque cuando se refrigeran pierden propiedades nutritivas.
Por otra parte, está rotundamente prohibido que se guarden cuando sobran ya elaboradas porque se fermentan con tal rapidez que son incomestibles al día siguiente.
Para saber si la acelga tiene calidad hay que tener en cuenta el color de las hojas y las pencas, el cual debe ser verde brillante uniforme y blanco respectivamente.
También especial atención a que no tengan manchas marrones o agujeros pequeños y a la consistencia de las hojas y las pencas, las primeras tienen que estar firmes y crujientes y las segundas duras.
Cultivo de acelga
Para ver el resultado del cultivo de acelga hay que esperar 2 años, en otras palabras, la acelga es una herbácea bienal, pero en compensación está en el mercado todo el año, aunque definitivamente sus temporadas de esplendor son otoño e invierno.
El suelo tiene que tener un pH de 7.2, aunque si está entre 5.5 y 8 y el suelo es arcilloso favorece el desarrollo vegetativo.
Además, el suelo debe ser profundo, drenado y rico en materia orgánica en estado de humificación.
A continuación, se muestra su resistencia a diferentes tipos de suelo, los Alcalinos (buena), Ácidos (mala) y Salinos (buena).
Para preparar el terreno hay que utilizar instrumentos como la fresadora o grada. El objetivo es arar con profundidad el suelo y agregarle estiércol como abono.
La forma en que se cultivará depende del método de recolección, por ejemplo, si sólo se recolectan las hojas lo más apropiado es que se cultive por caballones. En consecuencia la distancia entre los caballones oscilará entre 40 y 50 cm.
Otra vía para cultivar es por eras, la cual se aconseja si se quiere cosechar la planta entera. En este caso las medidas de las eras son de 1.5m x 4 o 5m (ancho por largo) y se dejan pasillos de servicio a todo lo largo.
Es una verdura que se adapta a climas templados ya sea de terrenos salinos o zonas costeras.
No tolera los cambios bruscos de temperatura, lo cual provocaría un descontrol en el desarrollo de la planta.
Para vegetar la temperatura tiene que oscilar entre 6º y 33º C y para germinar de 5º C a 35º C.
No obstante, es mejor que no alcance ninguno de los 2 extremos de temperatura.
La acelga tampoco tolera recibir mucha luz y menos si se acompaña de una temperatura elevada.
Si se cultiva en invernadero hay que mantener una humedad entre 60 y 90%.
Las acelgas se reproducen por semillas, las cuales se arrojan en grupos de 2 a 3 por cada golpe con una separación de 0.35 cm entre cada una.
El espacio entre las líneas oscila entre 0.4 y 0.5 metros, no importa si los surcos son sencillos (hilera de 66- 77 cm de separación) o dobles (hilera de 92- 100 cm de separación).
El sembrado se realiza teniendo en cuenta las zonas. Si son zonas frías se tiene que realizar entre octubre y marzo y madura como máximo a los 60 días.
Si está en una zona cálida templada se puede realizar en cualquier momento del año y madurará como máximo a los 65 días.
Por otra parte se pueden llevar a cabo plantaciones grandes de hasta 86 mil plantas por hectárea separadas por 8 o 10 Km.
¿Cómo debe regarse y fertilizarse el cultivo de acelga?
Como hortaliza que es y por las características de su masa foliar, requiere que el suelo se humedezca óptimamente.
Se deben evitar los encharcamientos y las sequías, ambos son nefastos para la planta.
Si se cultiva en invernaderos y es el cultivo principal se utilizan 2 o 3 Kg de estiércol por metro cuadrado.
El cultivo también necesita nutrirse con nitrógeno y potasio. Para el abono de cobertura con riego por gravedad se aplican 10 g/ m2 de nitrato potásico luego de cada riego.
Se debe tener en cuenta que no se excedan los 50 g/ m2 cuando se suman las aplicaciones.
El aclareoSe realiza cuando las plantas tengan 3 o 4 hojas, dejando en la tierra de cultivo sólo un ejemplar por cada golpe de siembra.
Para hacer el aclareo correctamente se utiliza tijera o navaja con el fin de desarraigar únicamente las hojas seleccionadas para eliminarse.
La plantación de acelga hay que protegerla de las malas hierbas, ya sea utilizando escardas manuales o químicas cuando están en la fase adulta.
Se recomienda aplicar de 3 a 5 litros de Cloridazona 65% por cada hectárea, presentado como granulado dispersado en agua.
Otra materia activa buena para erradicar las malas hierbas es Desmedifan 8% más Fenmedifan 8% presentado como concentrado emulsionable. Se aplican 6 litros por cada hectárea.
Entre las técnicas que existen para proteger la plantación de acelga de las malas hierbas están el acolchonado y el empajado.
Cuando las hojas alcanzan los 25 cm de longitud indican que ya están listas para la recolección.
Otro aspecto a considerar es el tiempo a partir de la siembra, si es el primer corte la recolección demora de 2 meses a 70 días, pero si no es así el tiempo de cosecha se hace más breve (de 12 a 15 días).
Por otra parte, si el cultivo está destinado al comercio con que tenga 0.75 o 1 Kg está perfecta para recolectarse y se conservan en paquetes de 10 kilos a 00 C de temperatura y 90% de humedad aproximadamente 12 días.
Plagas y enfermedades que atacan al cultivo de acelga
Gusano de alambre (Agriotes lineatum): es un coleóptero parecido al ciempiés cuando está en su fase larvaria. Daña las raíces de la planta y favorece además la posterior invasión de hongos del suelo.
Gusano gris (Agrotis segetum): es un lepidóptero que ataca el cuello de las plantas más jóvenes.
Otras plagas son la Mosca de la remolacha (Pegomia betae o P. hyoscyami), Pulguilla (Chaetocnema tibialis), Gusano blanco (Melolontha melolontha) y el Pulgón (Alphis fabae).
Mildiu (Peronospora farinosa f. sp. betae): es causada por un hongo que va dañando las hojas progresivamente hasta debilitar la planta en su totalidad. Algunos de los indicadores de su presencia es la distorsión, clorosis y arrugues de las hojas.
Peronospora ( Peronospora schatii): se identifica por una coloración gris o violeta en el envés de las hojas con una textura similar al terciopelo.
Otras enfermedades son: Sclerotinia (Sclerotinia libertiana), Virosis y Cercospora (Cercospora beticola).